Los grandes ríos, mucho antes de que el mar, representados el camino del progreso de la civilización, y la nave más o menos rústico que estaba navegando en sus aguas - de balsas de pieles desde el Eufrates hasta los barcos de vapor comunes ( también llamada prueba de explosión) - fue su difusión. Desde tiempos prehistóricos, las vías navegables para viajar, a diferencia de los marítima, fueron favorecidos por los caminos casi inmutables ya trazados por la naturaleza.


La navegación fluvial está estrechamente vinculada a la geografía y la geopolítica por lo tanto, ha sido un capítulo fundamental de la antropología cultural.

Este último, reduce principalmente a la propia finalidad de la nave (limitado a la función de la nave) y por lo tanto sus diferentes tipologías y tecnologías, es el objetivo de este ensayo ilustrado en el momento de las barcazas y sin medios de propulsión (el Burchi) y pequeñas embarcaciones con ruedas o hélices o cadena sumergida, así como algunos ejemplos raros de yates, civiles o militares.

La referencia a la nave implica la necesidad de clasificación, parece responder correctamente a dos criterios distintos: la locomoción y la actividad funcional. El primero puede ser pasivo (desplazamiento en el remolque actual o por, este último realizado en un camino de acarreo con hombres o animales o por un barco adecuado) o activa (con una hélice vela o mecánicamente). En cuanto a la segunda, todavía es un transporte, sin embargo, diferenciados por el tipo de material transportado: humanos (pasajeros) Edificio, PO (correo o barcos se hicieron paquebotes y forro continuación marítimo), etc. Lo que indica que un buque puede tener características y objetivos idénticos a los demás que se enumeran de forma diferente, por lo que la clasificación no puede ser demasiado rígido.